Expreso a Hogwarts I
Grageas Bertie Bott de todos los sabores-¿Qué es eso?
Handong miraba con curiosidad lo que estaba haciendo Minji. Las tres amigas estaban sentadas en uno de los vagones del tren que ya había recorrido gran parte del camino hacia Hogwarts. La mayor estaba buscando entre sus cosas con una sonrisa.
-Dulces. ¿Queréis?
Iba colocándolos en el asiento para verlos bien, con las prisas para que su madre no la descubriera apenas había podido echarles un ojo. No sabía por cual empezar, todos parecían apetecibles. Las otras dos se acercaron.
-¿De dónde has sacado todo esto? -Yoobin siempre era la voz de la razón y sabía lo naíf que podía llegar a ser su amiga. Leyó algunos de los nombres que podían verse en los envoltorios con desconfianza. -¿Kit-Kat? ¿Twix? No he visto ninguno de estos en la vida. ¿Seguro que no te lo ha dado algún tipo sospechoso?
La mayor pareció ofendida por la poca fe de su amiga.
-No. Simplemente son chocolatinas muggles, me las dio una chica muy amable en la estación.
-Ew -Handong soltó al instante la chocolatina que estaba observando.
-No seas así. A ti te encanta el chocolate, prueba alguna.
-No, gracias. Soy alérgica.
-Hace tres horas estabas comiéndote un bombón -Minji conocía a la chica como si fueran hermanas y por supuesto sabía que estaba mintiendo.
-Alérgica a los muggles -acabó el chiste con una sonrisa, orgullosa por su ocurrencia.
Yoobin rio por lo bajo y acabó chocándole la mano a su amiga. Sin embargo se quedó pensativa durante un instante.
-Aunque puede que sí seas alérgica al chocolate. La forma en la que te da por estornudar cuando lo comes no es muy normal que digamos.
-Puedo vivir con ello pero no sin chocolate.
Minji dejó correr la conversación, sabía que no tenía caso responder a las bromas de sus amigas. Estaba de buen humor y no iba a molestarse por tan poco.
-¿Yoobin, tú quieres una?
La pequeña miró inconscientemente hacia Handong quien había vuelto a su asiento y ahora observaba el paisaje al otro lado de la ventanilla. Se metió las manos en los bolsillos adoptando una pose desinteresada y se esforzó por que su voz sonase segura.
-Paso. Qué asco.
Se volvió a sentar junto a Handong sin añadir nada más.
-Bien, más para mí.
La chica probó un dulce y comenzó a emitir sonidos de agrado, a lo que ambas amigas contestaron poniendo los ojos en blanco.
Fue entonces cuando un prefecto apare
Comments