Couple: JeTi. 

Género: Romance, Angst.

N/A: Lamento que sea corto, pero no podía alargarlo más :)

En un blanco cuarto de hospital, la vida de una joven castaña era despedida por su familia y amiga.  El día en que apagarían aquella máquina que la mantenía aún viva había llegado después de meses de interminable agonía para los que la amaban.

Uno por uno, todos se acercaron a la castaña. Cada quien la despidió  a su modo: sus padres lo hicieron con un delicado beso en la frente, su hermana menor con palabras cargadas de tristeza acompañadas de una suave caricia; y finalizó su azabache amiga, quien también es americana, entregándole unas últimas palabras con un corto beso en los labios y una esperada confesión de amor a través de un  sincero “Te amo”.

Ahora sólo faltaba oprimir un botón y escuchar un interminable y agudo sonido para que un corazón deje de latir y otro se rompa aún más de lo que ya está.

Por supuesto, al ver lo que estaba por suceder, la azabache giró su cabeza y alejó sus ojos de la persona que amaba, concentrándose en mantener sus párpados cerrados.

Segundos más tarde, el sonido del respirador apagarse se escuchó en la habitación… como también, una débil voz que los dejó a todos sin aliento.

-...Tiffany...

Era ella. Sin duda alguna, esa era la voz de Jessica la que llamaba a la azabache.

Tiffany abrió sus ojos ampliamente y giró su cabeza para ver a su amiga, sin embargo, la escena frente a sus ojos detuvo su respiración.

El cuerpo inerte de Jessica no estaba en aquella cama de hospital, que incluso lucía como si nadie hubiese sido utilizada. Pero no fue sólo ese hecho lo que sorprendió a la azabache, sino también fue la falta de las máquinas a las que su amiga estuvo conectada los últimos meses y la ausencia de todos los presentes.

Tanto la familia Jung como el doctor de Jessica y las enfermeras habían desaparecido. Sólo ella se encontraba en la fría habitación, sola.

“–Puedes cambiarlo, Miyoung–” Repentinamente, la voz calma de una mujer hizo que la americana girara su cuerpo, encontrando el cuarto aún vacío. “–Puedes evitar que esto suceda–” El tono melodioso que acompañaba la voz de esa mujer de alguna forma lograba tranquilizar su aturdido corazón.

-...Tiffany... –la voz de Jessica se hizo presente otra vez. Tiffany miró a su alrededor rápidamente, buscando el origen de aquella voz que creyó por minutos nunca más poder volver a oír.

“–Esto no tiene por qué ser así–” siguió otra vez la mujer serenamente. “–Les queda tiempo a ambas, sólo si eso es lo que realmente quieres–”

La joven americana volvió a girar su cuerpo irritada. – ¡Es lo único que pido! –Gritó desesperada – ¡Quiero estar con ella para siempre! –Rogó con lágrimas creciendo en sus ojos.

-...Tiffany... Tiffany... -la azabache continuó buscando con su mirada por la habitación hasta que sintió sus piernas temblar. Sin siquiera esperarlo, cayó bruscamente de rodillas al frío piso y sintiendo su cabeza doler, se desplomó en el suelo. Su vista se volvió borrosa y le costó respirar. Cerró con fuerza sus ojos intentando aliviar su dolor pero la voz de su amiga llamándola comenzaba a lastimar sus oídos.

“–Cámbialo entonces, Miyoung. Asegura tu futuro y el de aquella que amas. Utiliza este regalo que Él te está dando–” dijo la mujer con intensidad en sus palabras. “–Sé que serás feliz…–” fue lo último que pronunció en un murmuro aquella voz antes de convertirse en una suave brisa que acarició la piel de Tiffany.

-Tiffany... Tiffany... –Nuevamente, los llamados de Jessica llegaron a los oídos de la americana.

A los pocos segundos, la azabache pudo sentir cómo alguien movía ligeramente su hombro derecho. Una extraña calidez invadió su cuerpo al sentir aquel tacto.

Lentamente, la americana abrió sus ojos sintiendo sus párpados pesados y aunque su vista seguía borrosa, pudo divisar una figura que la hizo estremecer.

-Tiffany... Despierta, Tiff...

Abriendo sus ojos ampliamente mientras tiraba su cabeza hacia atrás, Tiffany observó a quien pensó jamás volvería a ver.

Inclinada frente a ella, Jessica la miraba desconcertada por su tan repentina acción.

-Tiff... ¿Estás bien? –preguntó preocupada la rubia acercándose a la azabache para acariciar su mejilla.

Ante aquel gesto, los ojos de Tiffany se llenaron de lágrimas que no tardaron en salir de sus ojos. Lentamente comenzó a sollozar con fuerza mientras sentía su respiración agitarse y su corazón latir agobiado.

La preocupación de Jessica aumentó al ver a su amiga llorar. Con rapidez se sentó en el sofá donde estaba durmiendo Tiffany y atrajo a la menor en un protector abrazo.

Mientras acariciaba la espalda de Tiffany, Jessica quiso cuestionar. –Tiff... Cálmate. ¿Por qué llor- –pero las palabras de la castaña quedaron ahogadas en su garganta al sentir los cálidos labios de la menor posarse sobre los suyos. Atrapándolos con desesperación. 

El beso entre ambas americanas duró menos de un minuto ya que Tiffany detuvo el contacto para llenar el rostro de Jessica con cortos besos mientras sus lágrimas caían incesantemente.

Jessica estaba atónita por la repentina acción de Tiffany. Sus ojos se abrían en demasía al mismo tiempo en que sentía que el aire dejaba de entrar en sus pulmones. Tiffany, su mejor amiga, su único amor, la había besado justo como ella quería.

Muy a su pesar, la castaña posó sus manos sobre los hombros de la azabache para apartarla con delicadeza y mirando a su amiga confundida, abrió sus labios después de unos segundos en silencio. –Tiff… ¿Qué te sucede? ¿Por qué actúas así?

Tiffany se mantuvo en silencio y con un rápido movimiento de manos secó sus lágrimas para regresar su mirada a Jessica. Aún temía volver a perderla. Sus ojos se clavaron en los de la castaña que tenía enfrente. –Abrázame –Su voz era áspera; su garganta quemaba. No había sido un pedido, sino más bien una demanda que Jessica no tardó en cumplir.

Ambas estaban acostadas en el largo sofá de la joven Hwang; abrazadas, mirándose a los ojos con profundidad. Ni siquiera parpadear querían, con tal de no interrumpir esa vista.

El brazo izquierdo de Jessica soltó lentamente la cintura de su amiga. Sintió casi al instante como Tiffany temblaba ligeramente mientras se aferraba aún más fuerte a su cuerpo. Llevó su mano hasta la mejilla de la menor para acariciarla suavemente. Quería transmitirle calma a través de su caricia a esa angustiada azabache.

Tiffany cerró sus parpados disfrutando aquel roce. Sintió las lágrimas acumularse nuevamente en sus ojos. –No me dejes, Jessi. –Pidió en un susurro antes de morder su labio inferior. –No te alejes de mí. –Terminó hundiendo su cabeza en el cuello de Jessica, sintiendo las gotas de agua salada recorrer sus mejillas.

El corazón de la castaña se oprimió. –No iré a ningún lado, Tiff. Estaré siempre contigo. –Respondió acariciando el oscuro cabello de la menor. “¿Que fue lo que te ocurrió para que estés así, Tiff?” Se preguntaba Jessica cerrando sus ojos.

Los minutos en que ambas americanas estuvieron en la misma posición se transformaron en horas. Las lágrimas de Tiffany habían dejado de caer y se había dedicado a sentir el abrazo y las delicadas caricias de Jessica. Sólo cuando creyó que su corazón había podido calmar su conmoción decidió sacar su cabeza de su escondite y volver a ver esos brillantes ojos cafés que la observaban ansiosos y curiosos, pero sobre todo preocupados.

-¿Estás bien? –Preguntó susurrando la castaña. Tiffany asintió levemente. – ¿Qué sucede, Tiff?

La azabache pasó saliva, preparando su garganta para hablar. –Tuve una pesadilla. –Dijo. Jessica la miró confundida. –Te perdía. –Explicó. Su labio inferior tembló al recordarlo. La mano de Jessica rápidamente volvió a acariciar su mejilla. –Fue sólo una pesadilla, Tiff. –Le dijo la castaña, y aunque sabía que no había sido sólo un mal sueño, no podía encontrar otra explicación para lo que había vivido, así que simplemente asintió aún dudosa.

Nuevamente las jóvenes habían quedado en silencio, con sus miradas unidas y sus corazones latiendo alborotados por la cercanía de sus cuerpos.  Un leve sonrojo apareció en las mejillas de ambas al entender la posición en la que se encontraban, mas ninguna hizo nada para deshacer el abrazo.

Repentinamente, el cerebro de Tiffany recordó aquel beso que había dado a su amiga al despertar, haciendo que sus ojos se abran ampliamente y su sonrojo sea más notable. Con timidez y torpeza, se disculpó. –Lo lamento, Jessi. –La castaña la observó confusa. –El beso. –Siguió Tiffany al notar la mirada que le daba Jessica.

La mayor de las americanas sonrió de lado, ocultando su tristeza en su rostro, pero no en su tono. –Está bien, Tiff. –Contestó herida, casi susurrando.

El silencio volvió a consumirlas, sólo que esta vez parecía incómodo para ambas.

Jessica posó con delicadeza su mano en la mejilla de Tiffany, logrando que sus miradas dejen de evitarse y se unan otra vez. – ¿Enserio lo lamentas? –Preguntó con ilusión en sus ojos.

Los segundos pasaban y la azabache no respondía. Su corazón titubeaba por lo que pasaría después. Sin embargo, gracias a un impulso de su corazón se deshizo de toda duda, llevando ambas manos al rostro de la castaña.

Tiffany miró a Jessica a los ojos con intenso amor escondido antes de acercar sus labios a los de su amiga. –No –Respondió cortamente para luego cerrar el espacio que había entre sus labios. Esta vez, su beso no fue rápido ni desesperado; ambas tomaron su tiempo para explorar la boca de la otra, reconocer cada espacio que había, y transmitirse con esa acción lo que no se habían confesado antes por temor.

Una suave brisa las saludó en medio acto. El cuerpo de Tiffany tembló ligeramente durante su beso, mientras su cuerpo continuaba bajo los brazos de Jessica.

Lo que ninguna de las dos sabía era que lejos, desde la Tierra de los Cielos, una mujer de oscuro cabello y hermosa sonrisa de ojos observaba emocionada y dichosa la escena.

-Siempre supe que ella sería la única capaz de hacerte feliz, mi querida Miyoung. –Habló para sí misma la mujer sin dejar de observar. –Supongo que todo depende de ustedes ahora. – Al ver la mirada cargada de pasión que se daban las jóvenes amantes decidió dejar de observar y con una sonrisa adornando sus bien formados labios, giró su cuerpo para comenzar a caminar lentamente por un sendero de brillantes lirios blancos. –Sé que harás las cosas bien, Miyoung. –Pensó la mujer sin abandonar su sonrisa. –Bendeciré tu relación y cuidaré de ti desde aquí... Siempre me tendrás a tu lado, hija mía. 

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N/A: Ojalá les haya agradado el final... y si no.. Lo siento, no soy muy buena n_n... Locksmiths~~ Mañana subo el TaeNy... Espero que les guste lo fluffy~~ xD