Couple: HyoSeo.

Género: Romance.

-Unnie! –Exclamó una niña castaña al ver entrar a su hermana mayor a su casa. –Al fin llegas Unnie –dijo abrazando a su hermana.

-Me extrañaste tanto así Joohyun? –la mayor acarició la cabeza de la castaña divertida.

-Siempre te extraño Yuri Unnie – respondió Seohyun abrazando aún más fuerte a la morena.

-Pero qué adorable par de hermanas! –Una voz femenina hizo voltear a las dos jóvenes, deshaciendo el abrazo que las mantenía unidas. Yuri sonrió a su amiga y caminó hacia ella, tomó su mano y tirando de ella, dejó a la castaña mayor frente a la menor.

-Joohyun, quiero presentarte a mi amiga Hyoyeon. Ella es nueva en mi escuela.

-Hola Joohyun. Yuri me ha hablado mucho de ti –dijo Hyoyeon y extendió su mano a la menor, pero la pequeña ni siquiera lo notó.

Había quedado cautivada por la hermosura de la castaña.

Por primera vez en once cortos años, Seohyun se había quedado sin palabras. Incluso el movimiento había escapado de su cuerpo.

La mayor, incómoda por la falta de respuesta de la menor, formó una pequeña sonrisa amistosa antes de retirar su mano.

“Tal vez, no le gusten este tipo de… formalidades” pensó Hyoyeon observando a la hermana de su amiga. Sin darse cuenta que ese simple contacto visual estaba haciendo que suba la temperatura en las mejillas de Seohyun.

-Pequeña, te sientes bien? –preguntó Yuri alarmada por el repentino cambio en su hermana.

La menor abandonó los ojos chocolate de la castaña y volvió sus ojos a su hermana mayor. La miró por un instante sin decir palabra y luego respondió para tranquilizar a Yuri.

-Estoy bien, Unnie… es sólo el calor

-Segura? Podria ser fiebre o quizás te estás enfermando. O quizás…-

-Estoy bien –Seohyun interrumpió a su hermana antes que empiece con su larga lista de posibles causas para el súbito silencio en el que había entrado.

 Seohyun sabía que su hermana mayor podría mencionar incluso viruela como uno de las posibilidades, sin embargo, la verdadera razón no es ninguna de las que nombraría Yuri y mucho menos una enfermedad.

Pero eso es algo que aún es desconocido para la pequeña.

-Unnie, iré a estudiar –se despidió la menor de las tres y miró de soslayo a la nueva amiga de su hermana.

Yuri asintió y observó a Seohyun subir las escaleras para ir a su habitación.

Una vez que su hermana salió del alcance de sus ojos, movió su cuerpo para quedar frente a Hyoyeon.

La morena vio a su amiga encogerse de hombros mientras sonreía sinceramente.

-Quieres ver una película? –preguntó Yuri caminando hacia la sala.

-De terror? –respondió con otra pregunta la castaña mientras la seguía  detrás.

-Lo siento Hyo, pero en esta casa eso está prohibido

 La mayor suspiró y se sentó en el sofá frente a la televisión.

-Mientras no haya vampiros brillando, estará bien para mí… –comentó Hyoyeon observando a su amiga escoger una película.

Yuri sonrió a la castaña y continuó buscando algo del agrado de su amiga.

Mientras tanto en el cuarto de Seohyun     

Una niña castaña estaba acostada en su cama muy pensativa. Su conducta anterior no fue usual en ella y eso tenía su mente inquieta.

“Por qué…? Por qué no pude hablar frente a ella? Por qué mis ojos no dejaban de verla? Por qué siento… mi corazón latir tan rápido?”

Seohyun se puso de pie y después de soltar un largo y profundo suspiro fue a la gran biblioteca que había en el tercer piso de su casa.

Buscó entre centenares de libros una solución a sus dudas pero ninguno, ni siquiera el texto más antiguo, logró darle una respuesta clara.

La pequeña castaña estaba desanimada. Era la primera vez que un libro no la ayudaba con sus problemas.

Suspiró una vez más y se dio la vuelta con intensiones de abandonar su preciada biblioteca, cuando de repente una idea alocada se coló su cabeza.

Caminó con paso apresurado hacia el último sector de la biblioteca. Los libros de Yuri.

Tímidamente tomó uno de los libros de su hermana, limpió el polvo que éste tenía y antes de abrirlo observó a su alrededor, asegurándose que nadie la viera con el objeto. Como si estuviera haciendo una travesura.

“…Cuando estoy con ella siento que mi corazón late más rápido de lo que debería, siento que todo mi cuerpo tiembla con una caricia suya, siento cosquillas en mi pecho cuando hablo de ella, me siento tan torpe y tonta cada vez que estoy a su lado, y también tan llena…”

Seohyun cerró rápidamente el libro. Sus mejillas se volvieron a teñir olor carmesí al mismo tiempo que sus ojos se ampliaban desmesuradamente*.

Lo sentimientos que describía el personaje de aquella novela eran casi los mismo que ella tenía con respecto a Hyoyeon.

 Observó el libro una vez más y leyó su nombre. “Te enseñaré a amar”

La joven castaña depositó la obra nuevamente en su lugar y salió de la biblioteca rumbo a su cuarto otra vez, pero con una nueva palabra en su vocabulario. “Amar”

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La noche apareció inesperadamente para el par de amigas que tuvieron que interrumpir su tarde de cine por el llamado preocupado de la madre de cierta castaña.

Y después de despedirse con un peculiar saludo kkab de su amiga,  la morena se dirigió hacia la habitación de su hermana menor.

Llamó a la puerta dos veces, mas no obtuvo respuesta. Pensó que su hermana estaría dormida y dejó de insistir. Abrió la puerta y siendo muy silenciosa, entró al cuarto de Seohyun.

Su tarea sería fácil. Entrar al cuarto de su hermana, darle un beso de Buenas Noches y salir de allí. Era algo que hacía casi todas las noches, pues su pequeña hermana era muy dedicada en sus estudios a pesar de su edad y más de una vez se había quedado dormida con un libro en mano.

Pero grande fue su sorpresa al ver a la menor con su cabeza apoyada en su mano mientras observaba pensativamente por la ventana.

-Joohyun –llamó Yuri suavemente para no asustarla.

-Joohyun –volvió a hablar al no tener respuesta.

En vista de que la castaña no apartaba sus ojos de esa ventana y sus pensamientos parecían consumirla, Yuri alzó un poco su voz.

-Joohyun!

Y naturalmente, Seohyun giró visiblemente atemorizada por tal grito repentino.

-Yuri Unnie, por qué me has asustado así? –preguntó la menor calmando su corazón.

-A decir verdad pequeña, golpee tu puerta y te llamé dos veces –la morena respondió con calma, acercándose a su hermana.

-Lo hiciste? Lo siento Unnie, no te oí –se disculpó Seohyun guardando sus libros de estudio con rapidez.

-Sí, lo hice. –Yuri observó a su hermana y notó el nerviosismo con el que realizaba sus acciones. –Joohyun, qué es lo que sucede? –cuestionó la morena deteniendo a la menor.

Seohyun dudó en decirlo o no pero después de reflexionar unos minutos, entendió que sería mejor si le confesaba a su hermana mayor lo que había descubierto horas antes.

Con timidez y sintiendo sus mejillas arder, la menor habló. –Creo… que estoy enamorada, Unnie

Yuri, quien había cambiado su sonrisa inicial por un ahora rostro inexpresivo, se mantuvo en silencio por unos instantes mientras observaba fijamente a Seohyun. Parpadeó tres veces seguidas y sonrió de lado.

-Ya veo. Quieres a Yonghwa. Bueno, él es un niño encantador y también muy lindo… Supongo que sabia que éste día llegaría.

-No Unnie. No es de Yonghwa de quien hablo…

-Entonces quien? –la morena se había sorprendido al escuchar a su hermana negar su deducción. El pequeño Yonghwa es un compañero de clases de Seohyun y también un buen amigo de la menor, es por eso que  Yuri mencionó al niño.

-Es… una chica…

Yuri pareció entender el por qué de su nerviosismo y se apresuró a hablar por su hermana.

-Oh! Ahora entiendo. Te gusta Yoona! Es una niña tan tierna y hermosa. Es perfect—

-No es Yoona! –gritó la menor sorprendiendo nuevamente a la mayor. Su hermana mayor había nombrado a sus dos amigos y ella estaba comenzando a perder la paciencia por la ansiedad de la morena.

-Si no es Yonghwa ni Yoona, entonces quién—

-Es Hyoyeon Unnie –interrumpió Seohyun antes que su hermana volviera a preguntar.

-Hyoyeon? –repitió Yuri con asombro. –Quieres a… Hyoyeon?

Pero Seohyun no contestó. Ella simplemente bajó su cabeza y asintió con un leve sonrojo en sus mejillas.

Yuri sonrió ante el adorable gesto de la menor. Se acercó a su hermana y la abrazó delicadamente por los hombros.

-Estás creciendo muy rápido, lo sabias? –bromeó acariciando el cabello de la menor.

-No te molesta? –preguntó tímida Seohyun.

-Claro que no! Por qué debería molestarme?

-Yo… es sólo que parecías molesta al principio

-Bueno, no todos los días mi pequeña y única hermanita dice estar interesada en alguien que no sea Keroro. Digamos que estaba… Sorprendida

Ambas hermanas rieron divertidas por el comentario de la mayor, hasta que Seohyun dijo, aún entre risas, algo que incomodó a Yuri.

-Estoy enamorada de Hyoyeon Unnie y nos casaremos en cuanto tenga la edad legal para hacerlo

Yuri dejó de reír y la miró fijamente a los ojos. Seohyun también se detuvo al encontrarse con la mirada seria de su hermana.

Silencio

-No es así como funcionan las cosas, Joohyun –dijo Yuri confundiendo a Seohyun.

-De qué hablas Unnie?

-Tal vez estás enamorada de Hyoyeon, pero eso no quiere decir que ella también lo esté de ti

Y la realidad golpeó a la pequeña.

-Joohyun, hay veces en que no importa cuánto quieras a alguien o cuánto puedas llegar a hacer por esa persona, simplemente no eres correspondida. –finalizó la morena.

Seohyun comprendió lo que su hermana le decía y agradeció mentalmente sus palabras.

Yuri se despidió de la castaña con un “Buenas noches” y un suave beso en su mejilla para ir a su habitación a terminar su tarea antes de la llegada de sus padres.

La menor se sentó en la misma silla en la que estaba antes de la entrada de su hermana y volvió a mirar inconscientemente por la ventana, repasando la imagen de Hyoyeon yéndose en su cabeza.

Con once años de vida, Seohyun está conociendo el significado de estar enamorada por primera vez.

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Los días transcurrieron convirtiéndose en semanas y las semanas se transformaron en meses.

Cinco meses habían pasado exactamente. Cinco meses en los que la amistad entre Yuri y Hyoyeon se hizo aún más fuerte. Cinco meses en los que Hyoyeon y Seohyun compartieron más momentos juntas, llegando a ser más cercanas. Cinco meses en los que el amor de Seohyun creció para ocupar todo en su mente y corazón.

Cinco meses en los que Seohyun pensó confesar sus sentimientos cada día, arrepintiéndose a último segundo.

Hasta hoy.

Hyoyeon fue, como todos los días, a casa de las hermanas Seo a pasar la tarde del viernes ya que como siempre no tenía obligaciones a esa hora y prefería estar con su amiga a desperdiciar la tarde haciendo nada.

Pero no contó con el hecho de que Yuri estuviera en casa de su nueva novia, Tiffany.

Hyoyeon, ya dispuesta a marcharse del lugar, recibió una llamada telefónica de Yuri. La morena le pidió que la esperara en su casa y en unos minutos se reuniría con ella.

Seis minutos. Seis minutos habían transcurrido desde que Hyoyeon se había sentado en el sofá de la sala de espaldas a la escalera. El lugar perfecto para que Seohyun la admirara en secreto.  

Seis minutos que estaban a punto de convertirse en siete minutos en los que Seohyun había estado pensando en lo hermosa que es Hyoyeon.

Seis minutos fueron suficientes para que Seohyun reuniera todo su valor y caminara hacia Hyoyeon.

La castaña menor quedó de pie frente a la castaña mayor, siendo recibida por una brillante sonrisa que la hizo sonrojar sutilmente.

-Hola Seohyun. Yuri no ha llegado? –preguntó Hyoyeon llamando a la menor por su nuevo nombre. Hace tiempo la llama así porque según dice la mayor, las hace más cercana este tipo de cosas.

-Hola Unnie. No, Yuri Unnie aún no llega

Silencio

El silencio incómodo las invadió, así que ambas quisieron romperlo.

-Hyoyeon Unnie–

-Seohyun–

Hablaron a la vez. Hyoyeon sonrió mientras que Seohyun movió su cabeza avergonzada evitando la mirada de la mayor.

-Qué es lo que ibas a decirme, Seohyun? –preguntó amable Hyoyeon.

Seohyun volvió a mirar a Hyoyeon a los ojos y con un sonrojo en aumento, habló.

-Puedes esperar un minuto, Unnie? Sólo no te vayas –pidió la menor sin esperar respuesta antes de salir corriendo hasta su habitación.

En menos de un minuto se encontraba nuevamente frente a la mayor jadeando y con un sobre blanco en mano. Una vez que regularizó su respiración, habló una vez más.

-Es-esto es para ti… –dijo casi susurrando Seohyun mientras extendía su mano con el sobre a Hyoyeon.

-Para mí? Qué es? –preguntó sorprendida Hyoyeon por los repentinos actos de la menor.

-Por favor, acepta mis sentimientos.

-Eh?

“Qué es lo que acaba de decir?” pensó Hyoyeon, que creyó haber escuchado mal.

En su mano inmóvil quedó el sobre blanco. Sus ojos se habían ampliado un poco y una sonrisa nerviosa se había formado en sus labios mientras observaba a la pequeña castaña.

La niña que tenía delante acababa de confesarse.

Seohyun miró a Hyoyeon nuevamente. Esta vez la veía determinada y muy seria, pero también suplicante y temerosa.

Los ojos de ambas estaban pegados como imanes. Ninguna quería cortar el contacto visual que las unía.

Hyoyeon suspiro antes de responder a la niña  –Seohyun, eres una niña muy bonita. Eres más inteligente que otros de tu edad y eres realmente dedicada en el colegio. Te interesan asuntos de adultos en lugar de los típicos juegos de niños. Tienes talento para el piano y una hermosa voz para tu corta edad…

Los ojos de Seohyun brillaron al escuchar a su Unnie hablar así de ella -Eso quiere decir que–

–Pero no importa cuán madura parezcas por fuera, aún eres una niña –la cortó Hyoyeon antes de que pudiera terminar la frase.

La sonrisa que se había formado en los labios de Seohyun poco a poco fue desapareciendo. La valentía que había ganado al principio la abandonó a su suerte y las diminutas esperanzas que guardaba se habían esfumado como el viento.

Y por qué no… Su corazón también comenzaba a dolerle.

-Y si no lo fuera? –preguntó repentinamente sin ver a Hyoyeon. –Y si no fuera una niña? Y si me convierto en adulta? –Seohyun sabía que sus palabras no tenian ninguna lógica, pero en momentos desesperados se requieren medidas desesperadas. 

-Si no fueras una niña… -Hyoyeon suspiró –supongo que sí te aceptaría –habló sinceramente.

Seohyun volvió a conectar sus ojos con los de Hyoyeon y preguntó otra vez.

-Me aceptarías cuando crezca? Cuando me convierta en una adulta?

Hyoyeon suspiró una vez más y respondió sonriendo a la insistente niña.

-Si para ese entonces sigues queriéndome de la misma forma en que me quieres ahora, lo haré.

-Lo prometes? –preguntó alegre Seohyun mientras estiraba su dedo meñique.

-Lo prometo –respondió Hyoyeon al entrelazar los dedos, sellando la promesa.

-Y nos casaremos?

-Cla—Qué!?

-No nos podemos casar? –dijo inocente Seohyun, sacándole una sonrisa a Hyoyeon.

-De acuerdo. También nos casaremos.

-Sí! –gritó feliz Seohyun. Abrazó a la mayor y le dio un corto y tímido beso en la mejilla antes de huir nuevamente a su habitación dejando sola a Hyoyeon.

-Esta niña es… -Hyoyeon  tocó su mejilla sonriendo. Seohyun era una niña muy adorable y tierna para ella.

-Hasta que se confesó! –exclamó una voz a espaldas de Hyoyeon haciéndola girar asustada.

-Cuanto tiempo llevas ahí?

-El suficiente –dijo su morena amiga y le regaló la sonrisa más burlona que tenia.

-Quita esa sonrisa que nada gracioso ha pasado

Yuri se sentó en el sofá junto a Hyoyeon y la observó sonriendo.

-Sabes… Lleva enamorada de ti cinco meses –comentó Yuri sorprendiendo a Hyoyeon. –Todas las noches la podía oír leyendo esa carta, perfeccionándola –Finalizó señalando el sobre blanco que tenia Hyoyeon.

-No puedo darle falsas esperanzas. Ella es una niña y nosotras—

-Tambien lo somos –interrumpió Yuri.

Hyoyeon miró a su amiga a los ojos y siguió –Tiene once años y yo dieciséis. Hay una gran diferencia.

Yuri soltó un profundo suspiro y tiró su cabeza hacia atrás –Lo sé, no te preocupes. Ahora es sólo una niña, en unos años olvidará todo esto.

Hyoyeon imitó la anterior acción de su amiga y pegó sus ojos al techo de la sala. “Eso espero…”

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Después de que Seohyun confesara sus sentimientos a Hyoyeon, la mayor no sabía cómo actuar con la pequeña presente.

Cada noche cuando se despedía de la menor, sentía que de alguna forma un simple beso en la mejilla podría generar malos entendidos en Seohyun, así que la saludaba con un gesto de mano y a la distancia.

Si hablaba con Yuri de un posible amante, callaba de inmediato si veía a Seohyun cerca.

Cuando estaba a solas con ella esperando por su amiga,  formaba un silencio bastante incómodo para su agrado.

Seohyun siempre estaba al pendiente de ella, pero cuando la pequeña Yoona o el pequeño Yonghwa aparecían en casa de Seohyun, Hyoyeon era simplemente ignorada.

Y eso, aunque no lo admita, le molestaba.

Pero más le molestaba cuando la pequeña Seohyun preguntaba si le habia gustado la carta y ella mentía. “Ha sido hermosa” Mentía porque nunca la habia leído. Y mentirle a la niña, la molestaba.

La nombrada carta había estado en el mueble a un lado de su cama cerrada. No había tenido el suficiente valor como para leer los sentimientos que Seohyun tenía por ella y desde el día en que se la entregaron, ha estado en el sobre blanco por días, semanas, meses… Y años.

 Ni siquiera cuando tuvo que marcharse a Estados Unidos la leyó.

Ni siquiera cuando le dijo a Seohyun que se iría a seguir con su carrera de bailarina a otro continente pudo leerla.

Ni siquiera cuando la pequeña comenzó a derramar lágrimas y a rogarle que se quedara tuvo el valor para, al menos, decir que jamás había leído la carta.

Sólo después de cuatro años encontró el coraje suficiente como para enterarse de lo que una niña de apenas once años sentía por ella.

“Querida Hyoyeon Unnie:

                                               Tal vez éste no sea el medio correcto para expresar lo que siento. Pero si te miro a los ojos, mi corazón no podrá hablar porque tu belleza se llevará mis palabras.

Eso es algo que me ha estado sucediendo estos últimos días. Cuando me observas, callo. No es algo que pueda comprender, quizás es que tus ojos son tan profundos que me pierdo en ellos.

O quizás no son tus ojos, sino tu dulce aroma a vainilla…

O quizás tu radiante sonrisa…

O quizás esa amabilidad que te caracteriza…

O quizás… sea tu simple presencia…

Aún no lo sé, pero algún día lo descubriré y te lo haré saber. Tenemos mucho tiempo para conocernos. Aún nos queda un camino por recorrer, y quiero hacerlo contigo.

Quiero estar a tu lado cada día.

Pero no me malinterpretes, por favor. Quiero estar a tu lado, sin embargo, sé que no éste es momento indicado.

Sé que para ti soy una niña, sólo te pido que no me rechaces ahora.

Pero tampoco puedo pedirte que me esperes hasta que crezca.

Sólo quiero que sepas que aunque tenga once años; aunque aún esté en primaria; aunque mi segundo amor sea Keroro y aunque para muchos aún sea una niña, esta niña está enamorada por primera vez… y es de ti.

Puedes pensar que lo que siento se acabará o simplemente lo olvidaré, pero ¿no dicen que el primer amor jamás se olvida?

A ti no te puedo olvidar como tampoco a esto que siento ahora mismo, porque eres la primera persona que entró en mi corazón.

                                                                                       Eres la primera persona de quien me he enamorado.”

…Continuará…