11: El plan de Aeri.

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Aeri llevaba más de diez días viviendo en Seúl y no estaba siendo tan fácil como pensó que sería. El idioma lo manejaba a la perfección, pero los modos y costumbres eran sin duda algo nuevo a lo que las Almas solían hacer. No lograba hacer amigos porque sus habilidades sociales no eran buenas

Tenía clases en la universidad, pero no se sentía capaz de hablar realmente con nadie. Además, en su cabeza solo había un propósito y le costaba mucho pensar en algo diferente. Tenía que encontrar y liberar a Minjeong, no estar haciendo amigos.

NingNing era distinta, a ella la conocía hace mucho tiempo y en persona era incluso más entretenida. Parecía que la chica notaba sus dificultades para adaptarse porque Yizhuo estaba cada día acompañándola siempre que podía. Almorzaban juntas, a veces cenaban y sus padres también la habían aceptado por completo. No podía ser malagradecida, pese a no estar enamorada, Yizhuo era su humana favorita.

Giselle estaba sentada en una de las bancas de la entrada a la universidad y a lo lejos pudo ver a Yizhuo hablando con un grupo de personas, por la forma en que reían probablemente eran cercanos. Yizhuo no demoró en notar su presencia a la distancia, rápidamente se despidió de los demás y corrió en su dirección como si fuera una niña pequeña. Giselle se levantó y abrió los brazos incómodamente porque supuso que lo que quería hacer era abrazarla (Todavía intentaba conocer a Yizhuo en ese aspecto), pero su intuición fue la correcta porque Yizhuo se abrazó a ella como si fuera un koala.

Se saludaron con un beso en la mejilla (Los otros los reservaban para lugares privados, porque ninguna de las dos se sentía muy cómoda mostrando afecto romántico en público) —No tenías que dejar a tus amigos para estar conmigo. —Giselle notó que el grupo de un chico y tres chicas seguía conversando y riéndose a la distancia.

NingNing los miró y luego se tomó del brazo de su novia. —No son mis amigos, solo mis compañeros de clase.

Giselle hizo una nota mental de escribir sobre eso. Los humanos universitarios parecían tener una tendencia a relacionarse, pasar gran parte del día juntos, pero no considerarse cercanos. Después de todo todavía tenía un libro por escribir y reportes por mandar.

—Te veo un poco desanimada. —NingNing la guió en una dirección que no era la habitual.

La miró de reojo mientras caminaban. Estaba tan acostumbrada a saber cómo se encontraban sus pares leyendo sus almas que le causaba una extraña sensación en el pecho el saber que había alguien que podía entender sus sentimientos simplemente por su forma de ser, sin necesidad de tener un poder especial para verlo.

—Todavía me acostumbro al cambio.

NingNing le dio un apretón en el brazo como queriendo animarla. —Debe ser difícil, cuando era pequeña y llegamos desde China nadie me hablaba. Al menos tú conoces el idioma, yo tuve que aprender a hablar Coreano cuando ya estaba aquí. Los niños pueden ser muy crueles, todos me ignoraban hasta que conocí a Jimin. —Había pasado un tiempo desde que su novia había mencionado a la chica. —Ella también venía de otra parte, no de otro país, pero había pasado la mayor parte de su infancia en el campo.

El recuerdo apareció instantáneamente, el campo que mencionó no era un lugar desconocido para ella. Ahí fue donde conoció a Jimin por primera vez y donde Minjeong comenzó su extraña conexión con ella. A veces olvidaba eso, selectivamente dejaba de lado el hecho de que Minjeong era la que quería estar con Jimin.

Jimin era apenas una niña, incapaz de manipular a Minjeong y aun así la Alma había decidido seguirle los pasos e intentar estar con ella hasta que lo terrible sucedió.

—Hace mucho no mencionabas a Jimin.

NingNing lo sabía porque era algo que hacía a propósito para no pensar tanto en su mejor amiga. Pero lo cierto era que no había día en que su mejor amiga no se le pase por la cabeza. Tenían tanta historia juntas que era muy fácil pensar en ella por cualquier cosa que le sucediera. —Sigo sin saber de ella, debo confesar que a veces me preocupo y le pregunto a Yuna, su hermana menor, pero ella siempre dice cosas buenas porque sé que Jimin jamás le contaría sus penas. —Sus padres las habían criado completamente distintas. Jimin era independiente y una persona difícil de entender, siempre reservada y con temor a pedir ayuda, mientras que Yuna había sido arropada por sus padres en todos los sentidos. Era algo difícil de entender para NingNing, no solo porque era hija única, sino también porque era extraño que dos padres fueran tan distintos con sus hijas, era como si Jimin fuera un extra que jamás quisieron.

—Podrías decirle a su hermana que le diga que quieres hablar con ella.

—Pero no quiero hablar con ella.

Yizhuo parecida irritada, Aeri lo notó de inmediato y se cuestionó si seguir presionando con el tema o no.

—Es decir, quiero, pero yo ya puse de mi parte. Creo que ahora le toca a ella.

Se le adelantó, demostrando que la conversación todavía no terminaba. Aeri notó que para su novia el tema todavía le causaba malestar y un dilema interno ¿Qué tanto podía luchar por una amistad? Era una relación de dos partes y ella sola no estaba logrando nada.

—Dale tiempo, a veces luchamos solos porque el otro lado no puede hacerlo. A veces hay imposibilidades. —Minjeong no podía hacer nada por su reencuentro y ella había tomado la situación como su responsabilidad. A lo mejor la situación era distinta, pero creía que su consejo podía alentarla un poco. Yizhuo la detuvo un momento para poder dejar un beso en su mejilla, muy cerca de sus labios.

—Eres una persona muy linda, contigo todo se siente mucho mejor.

Todavía no se acostumbraba a escuchar esas cosas, sus mejillas estaban ardiendo y apenas pudo sonreír, no podía decirle nada.

—¿Vamos a mi departamento? —Intentando distraerse, Aeri comenzó a mirar a sus alrededores y notó que estaban muy cerca del lugar que arrendaba, pero Yizhuo negó.

—¿Recuerdas que te dije que algún día podríamos ir a cenar con Sakura? Bueno, le comenté que notaba que extrañabas un poco tu casa y se ofreció a cocinar para nosotras.

Tuvo suerte de seguir sujetada a NingNing, porque su cuerpo se debilitó instantáneamente. No había querido presionarla, pero cada día se preguntaba cuándo podría reencontrarse con Minjeong y ese día había llegado incluso antes de lo que pensó. —¿Es en serio?

—Nunca te mentiría, vamos. Nos deben estar esperando.

No les tomó mucho tiempo llegar al complejo de departamentos donde vivía Sakura junto con Chaeyeon.

Estaba nerviosa, no podía negarlo, pero tampoco podía desaprovechar esa oportunidad. Mientras antes hablaba con Sakura, más rápido podría reencontrarse con Minjeong.

Subieron por el ascensor tomadas de la mano, iniciativa de Aeri para controlar sus nervios y que puso muy feliz a NingNing.

El timbre sonó y las dos novias seguían pegadas hasta que Giselle recordó algo. —¿No debimos traer alguna cosa para beber o comer? —Era su “primera vez” conociendo a Sakura y su pareja y creía que no debía llegar con las manos vacías.

Yizhuo abrió la boca y estaba a punto de decirle que deberían volver a buscar algo cuando la puerta se abrió frente a ellas. —¡Al fin llegan! —Saludó una alegre Chaeyeon. La dueña de la floristería siempre tenía muy buen humor, sobre todo cuando interactuaba con las amigas de Sakura, a quienes conoció desde que eran unas niñas y ahora ya estaban convertidas en jovenes adultas, pero que seguían compartiendo con ellas. Sakura y Chaeyeon decidieron no tener hijos y por lo mismo Chaeryeong, NingNing, Jimin y Yuna eran prácticamente su familia.

—Tú debes ser Giselle, llevamos demasiado tiempo escuchando sobre ti. —Chaeyeon se corrió para darles espacio a que entren al departamento. —Están en su casa. —Ambas se quitaron los zapatos y siguieron a Chaeyeon por un pequeño pasillo que las llevó hasta la sala de estar.

El departamento era de tamaño mediano, definitivamente muy cómodo para dos personas y con el espacio suficiente para recibir a un par de visitantes sin sentirse sofocante. Había un rico olor a comida, algo frito, pensó Aeri y por un momento se distrajo hasta que recordó dónde estaba.

En ese departamento no solo vivía su antigua mentora, sino también su mejor amiga y la alma por quien estaba dispuesta a perderlo todo.

—¡Cariño! Las niñas ya llegaron, deja la cocina un rato y ven a saludar.

Yizhuo soltó una risa porque de inmediato escuchó que Sakura dejaba de hacer lo que sea que estuviera haciendo en la cocina. Se veía quién mandaba más ahí.

Sakura llegó a la sala de estar, traía un delantal de cocina y sus mejillas estaban coloradas por el calor que tenía al estar cocinando en ese reducido espacio. Giselle estaba dada vuelta, buscando rastros de Minjeong, pero de momento no veía nada.

Escuchó que NingNing la saludaba y fue ahí cuando reconoció el tono de voz que llevaba años sin escuchar. Su cuerpo se congeló y con lentitud se dio vuelta para poder verla directamente a sus ojos.

Las dos se quedaron completamente tiesas y Sakura no pudo evitar abrir la boca para demostrar sorpresa. —Unnie, ella es Giselle o Gigi, mi novia. —Yizhuo tomó del brazo a Aeri y besó su mejilla frente a las otras dos.

Era obvio que Aeri estaba mucho más preparada para ese momento y fue por eso que ella estiró su mano. —Mucho gusto, NingNing me ha dicho cosas muy buenas sobre ti. Bueno, sobre las dos. —Aclaró, mirando a Chaeyeon con una sonrisa de revista.

Sakura estaba completamente muda y aquello no pasó desapercibido para su novia, quien sabía leer bastante bien las expresiones de la persona con la que llevaba tantos años viviendo.

—¿Está todo bien? —Le preguntó en un tono bajo, porque parecía que acababa de ver a un fantasma.

—Sí. —Movió la mano de Aeri y aclaró su garganta. —Creo que hacía mucho calor en la cocina, es un gusto conocerte igualmente. Comenzábamos a creer que eras una invención de NingNing.

El grupo rió y se soltaron las manos. —Te prometo que soy muy real. —Sakura sabía que era un mensaje dirigido especialmente a ella. De todos los años que llevaba en la tierra había sospechado de algunos animales y